El hasta hace unos meses Hermano Mayor del Despojado de Cádiz realizó un texto sin desperdicios en el que dejaba claro su profundo amor por la tierra barbateña, lugar donde ejerció de profesor
El 8 de septiembre la Iglesia celebra la Natividad de la Virgen María. En Barbate, se celebra cuando la Virgen de la Salud preside el altar de San José, su cincuentenaria Parroquia. Esto ocurría el pasado sábado 6 de septiembre.
Para la ocasión, la priostía de la Cofradía del Ecce-Homo montó un efímero y bucólico altar en torno a su venerada dolorosa en el que destacaban las perfumadas varas de nardos con el sonido del agua que manaba de una fuente. Alegórica representación cristiana de la Virgen María como una fuente de la que brota Salud.
La Salud presidía radiante, con su terno marfil de gala y su mano dispuesta para que la feligresía que abarrotaba el Templo besara su mano. La Eucaristía la presidió el Padre Antolín, Director Espiritual de la corporación que conmovió con una homilía en la que relataba que tipo de salud debemos de buscar en la Virgen. Durante el ofertorio, se recaudaron cientos de artículos de material escolar destinados a Cáritas que fueron entregados por todas las Hermandades y Cofradías de Barbate y por distintos grupos del ámbito cofrade de la ciudad, demostrando una vez más, que en cuanto a solidaridad, las Hermandades de Barbate son un claro referente.
Texto poético
Tras la misa, llegó el momento del gaditano Luis Rivero, presentado por Francisco Soler, capataz del misterio y anterior pregonero. El hasta hace unos meses Hermano Mayor de la Cofradía del Despojado de Cádiz era poseedor del honor de exaltar a la Santísima Virgen de la Salud. Lo hizo con un texto sin desperdicios en el que dejaba claro su profundo amor por Barbate al tiempo que intercalaba preciosos versos que piropeaban a la Salud llegando incluso a entonar algunas estrofas de su salve, la que el propio pregonero compuso para esta insigne devoción barbateña.
Destacadas fueron también las palabras de aliento a los responsables de la Cofradía a quienes felicitó por su trabajo y animó a seguir en la línea que hasta ahora, aprecia.
La música Cofrade y la única y tenue luz de la candelería alumbrando a la venerada Madre de la Salud despedía a los fieles de la Parroquia que cerraba sus puertas y trasladaba con cariño hasta el altar de su capilla a la Fuente de Salud que es María, la Virgen Santísima que cada mes de septiembre se hace presente en Barbate desde el Altar Mayor de San José.
