Una viaje en el tiempo. Cogimos una lancha motora y con más arte que literatura, Juan Rossi Ponce nos fue llevando por las aguas de su memoria. Con la sapiencia de un hombre vivido y la experiencia de un barbateño que  ha contado mil historias, se presentaron sendas publicaciones autobiográficas, escritas con la ayuda de su hijo, Jose María Rossi, en el edificio multicultural de la Lonja Vieja de Barbate.

Con un nutrido público compuesto de familiares y amigos se iniciaba un acto que contaría con  partes muy emotivos y otras que destaparon carcajadas y sonrisas entre la gente. Al fin y al cabo, reflejo de la vida misma. El periodista Luis Rossi ejercía de maestro de ceremonia y, tras un pequeño texto introductorio, Antonio Aragón Correro, profesor y amigo de la familia, hacía una pequeña reseña de los libros “Juan Rossi, un paseo por la lonjas de Barbate”  y su segundo volumen,  “Hijuela abajo, tras los pasos de Juan Rossi”.

A continuación, Jose María Rossi, enfermero de profesión y afincado en Sevilla, tuvo unas palabras muy emotivos para su padre, descubriendo el por qué de sendas publicaciones y el éxito que habían tenido, sin esperárselo.

Y llegó el turno de protagonista de tantas historias, que se puso de pie, pidió perdón si se equivocaba en algo y empezó a hablar. Contó su vida, o lo intentó, puesto que hubo que pararle por aquello de no eternizar el acto pero, sobre todo, para que la gente descubriera la magia que encierra sus libros.

Finalmente, antes de ser despedido con una cerrada ovación, se proyectó un reportaje resumen de los libros, con la historia, los sonidos y la música de la época que encandiló al público.

Una tarde noche mágica vivida en las entrañas de un edificio que, aunque cambiado con el tiempo, todavía guarda la esencia “de aquél saladero donde yo trabaja”, como comentó con su arte el barbateño Juan Rossi.