La solidaridad es un valor que, en la mayoría de las ocasiones, no es notorio. E incluso es una palabra difícil de pronunciar. Es como una hache en el vocabulario español. Una letra necesaria, pero un sonido imperceptible. La colaboración entre ciudadanos existe, sobre todo, en una época en laque las palabras ‘estado de bienestar’ no pueden sostenerse. Hay ciudadanos que trabajan hacia los demás sin descanso y sin hacer ruido, sin más, que no buscan un reconocimiento por ello. Esas personas son la h con la que se escribe la palabra solidaridad. La h de aquellos que trabajan para ayudar a sus iguales. Y aunque no suenen, ni se escuchen, son necesarios. Solidaridad se escribe con H, y en Barbate, con H de Hermandad.  

Desde el pasado año, las hermandades y cofradías de la localidad, ante la situación de necesidad que atraviesan muchas familias, realizan una serie de acciones sociales. Una de ellas es la denominada ‘Operación Solidaria’, impulsada por el Consejo Local de HH. Y CC. Esta acción caritativa, que consiste en hacer el gesto humanitario de colaborar con algún kilo o litro de alimentos, se ha llevado a cabo en los actos organizados por el propio Consejo y las hermandades y cofradías en San José y San Paulino.

El pasado sábado, en una ceremonia de la Hermandad de Medinaceli celebrada en la parroquia de San Paulino, se ofrecieron  más de 300 kilos de alimentos no perecederos ante el altar. Estos alimentos fueron aportados por las distintas corporaciones, así como por los distintos grupos parroquiales que junto al Coro Parroquial de San Paulino se han sumado a esta labor social, en beneficio de Cáritas.

En ese acto eclesiástico, la presidenta de Caritas agradeció el gran esfuerzo que las hermandades y cofradías han ejercido con la continuidad de esta ‘Operación Solidaria’. Y es que desde el año pasado la operación ha conseguido cientos de kilos de comida. “Estos alimentos no podían venir en mejor momento ya que las existencias en el banco de alimentos están muy bajas”, expuso la presidenta. Gracias a esta nueva aportación, la institución podrá seguir trabajando para cubrir las carencias de primera necesidad de una gran cantidad de vecinos.

La solidaridad no es un valor intrínseco de la iglesia, ni de los cristianos. Ni mucho menos. Sino de los ciudadanos. Pero estos devotos han tenido la valentía de unir las palabras hermandad, iglesia, ciudadano y solidaridad. Y lo mejor, es que su labor se escribe con h.