Paseando por  el Barbate antiguo, donde sus calles desembocan en recuerdos, nos topamos con unos sueños que un paisano plasmó en un la duermevela. 'Tambucho' y 'Emparrillao', o lo que es lo mismo, Manuel y José Varo, revivieron el pasado sábado recuerdos de dos niños y sus correrías, plasmada en ‘Anclado en el paraíso’.

El acto se llevó a cabo con rigurosa organización en el Hoyo la Tota, barrio donde se desarrollan las peripecias del libro de Manuel Varo, y fue presentado por el conocido periodista de la RTVA Manolo Casal, amigo del autor y reconocido “barbateño” de San Fernando.

Con una plaza llena y con personas de toda índole y clase social, Casal daba paso a los distintos colaboradores de la publicación, que estuvieron presentes en la mesa. Tomó la palabra el alcalde, Rafael Quirós, quien destacó de Manuel su naturalidad a la hora de expresar las situaciones más simpáticas y comprometidas en el libro.

Los docentes Juan Brenes y Antonio Jose Robles, que mostraron su admiración por el trabajo de ‘el niño la Ica’, uno por ser el encargado de las correcciones, otro por ser también compañero de viaje. También estuvo en la mesa Diego Maya, que leyó un pasaje del libro, y su “lugarteniente”, como lo definió Manolo Casal, Paco Alba, quien se emocionó al hacer una semblanza a su amigo y “maestro”, Manuel Varo.

Finalmente, sería el autor quien tomara la palabra y se dirigiera con mucha simpatía al público asistente, contestando a alguna que otra pregunta que le formularon. Antes de esto, le hicieron entrega de las partituras del pasodoble de la comparsa ‘Almadraberos’ –según ha expresado en alguna que otra ocasión el propio Manuel Varo, su mejor música de pasodoble- trascritas e interpretada magistralmente por David Alba y su clarinete.

Destacar la capacidad y retentiva de un Manuel Varo que hizo un itinerario por todas las calles que desembocaban en la plaza y de los vecinos que las llenaban de vida por aquellos años.

Tras las numerosas muestras de cariño y algunas historias muy cómicas, como el porqué de su prematura pérdida de cuero cabelludo, el acto acabó con un caluroso aplauso y la posterior firma de libros del autor.