La transición parecía una realidad latente. Antes de la legalización de los partidos en Barbate ya se reunían un buen número de sindicalistas para reorganizarse en formaciones que pudieran presentarse a unas necesarias elecciones municipales. Así, gentes como Paco Estudillo, cenetista que fue uno de los principales valedores del PSOE en la provincia, o el propio Serafín Núñez, joven auxiliar de farmacia con gran oratoria que era representante sindical de UGT, se reunían en la clandestinidad para perpetrar el salto al poder. Nombres socialistas como Pepe Blanco, Alfonso Perales, Rafael Román y Pedro Quiñones aparecían en la constitución del Partido Socialista en la misma farmacia.

Todavía era Barbate de Franco, un municipio de unos 21.000 habitantes dependientes prácticamente de la pesca, bien en el sector almadrabero, bien con sus faenas en Marruecos. Un par de años antes, el municipio eligió en las Generales al PSOE, sin embargo, un mes antes de las Municipales del 79, la UCD de Adolfo Suárez logró un mayor número de votos en la localidad, por lo que el resultado final era complicado de vaticinar.

1979: Punta de lanza del socialismo

Por aquel entonces, un hombre escondido tras unas poderosas barbas comenzaba a ilusionar a un pueblo, desalentando con el franquismo y que le daba la bienvenida a la democracia local un 3 de abril de 1979. Se presentaban el ya citado PSOE, UCD y el PCE. Tres partidos para una participación de algo más del 60 por ciento, donde el voto mayoritario fue para Núñez con 5.783 electores, suponiendo un total de 15 concejales, de 21.

El partido de Suárez consiguió cinco ediles, mientras que los comunistas se quedaron con uno ‘in extremis’. La victoria fue superlativa. Barbate demostraba que era socialista con el casi el 72 por ciento de las papeletas con el logo del puño y la rosa. El 19 de ese mismo abril fue la toma de investidura que proclama que el primer regidor de la democracia en Barbate sería Serafín Núñez Sánchez.

Estos años fueron los que se consiguieron “más cosas” y que “mejor equipo tenía”, según palabras del propio Núñez en un entrevista exclusiva para HeraldodeBarbate.es el año pasado, que aún no ha visto la luz.

1983: El PSOE se queda con el Pleno

Gracias a esa labor, la victoria sería reeditada y mejorada en mayo de 1983. Felipe González había cambiado el panorama político español, desbancando a la UCD. Como anécdota, cabe destacar que entre el entonces alcalde y la UCD provincial hubo una serie de disputas en plena campaña de las Generales del 82. El corte socialista era la moda y la línea que seguía tanto Serafín como el resto de candidatos de la provincia.

Por aquellos años, surgieron dos conflictos complicados de digerir. El asunto del Retín y la pesca. El primero daría juego más tarde, pero el segundo fue detonante para lo que vendría después. Entre otros problemas, en 1980 las autoridades marroquíes apresaron a varios patrones barbateños. Serafín viajó a la capital de España y a la misma Casablanca a pedir el rescate. El pueblo se echó a la calle y una masa enfervorizada escuchaba atentos las palabras de, poco menos que el mesías. La cuestión es que se logró solucionar el conflicto y el alcalde salió más que reforzado.

Así las cosas, a las elecciones del 83 se presentaban tres candidaturas: PSOE, PCE y el bloque formado por AP-PDP-UL (Alianza Popular-Partido Demócrata Popular-Unión Liberal). Aunque bajó la participación en las urnas, el PSOE se endosaba su segunda victoria consecutiva consiguiendo 6.583 votos, casi el 83 por ciento del pastel, lo que les otorgó un total de 18 ediles, sobre 21.

El resto, mínimo resto, se lo repartieron entre la coalición popular liberal y un concejal que sumó el Partido Comunista en lo que sería su última aparición antes de integrarse en IU. Básicamente, el salón de plenos se convertiría en una prolongación de la Casa del Pueblo socialista.