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"Creo que en Barbate no hay otro deporte que haya conseguido más que el karate"

Joaquín Fernández  |  12 de noviembre de 2013 (03:00 h.)

Fernando Rivera, único español que posee el 6º Dan de Karate por la JKA, enseña el arte marcial a sus alumnos a través de la disciplina, el respeto y la constancia. Un maestro. 

Es posible viajar a Japón desde Barbate sin entregar el pasaporte, e incluso sin ir al aeropuerto. Una oficina llena de fotos, trofeos y, posiblemente, grandes recuerdos. Aquellos objetos colgados de la pared y expuestos en vitrinas suscitan disciplina y respeto. Me quedo un rato pendiente de ellos. Los miro. Un club que es una parte del país asiático en una calle barbateña. El Club Kiai- Do. No sorprende ver a jóvenes con un kimono recorriendo la acera, y es que la afición al kárate en la localidad es ya conocida. Cuando Japón visita Barbate.

Fernando Rivera es uno de los artífices de que este arte marcial, a veces convertido en deporte, sea practicado cada día por decenas de jóvenes y adultos en la localidad barbateña. Karateka “de mucho espíritu”. Más de 20 años compitiendo a alto nivel para conseguir campeonatos de Andalucía, y participaciones y puestos destacados en campeonatos nacionales e internacionales. Árbitro mundial, instructor jefe de la Asociación Shokotan Karate- Do Tradicional España. Es el único español que posee el 6ºDan de karate (el grado más alto conseguido por un español) de la Asociación Japonesa de Karate (JKA), organismo más importante del mundo de este arte marcial. Fernando Rivera ha conseguido recientemente ser el único español autorizado para otorgar danes en España de la JKA. 

¿Qué se siente entre tantas personas en poseer títulos únicos en un país?

Lo de ser “el más” no es algo que he perseguido. Lo que ocurre es que por circunstancias me he dedicado durante mucho tiempo a esto y no he parado nunca. He ido a cursos, me he movido mucho internacionalmente. La trayectoria es constancia y me ha llegado mi turno, simplemente me he examinado y he aprobado. He tenido una continuidad. Nunca he intentado “ser el primero” ni el “más que nadie”, sino que por circunstancias me ha tocado.

El duro trabajo estará presente en cada uno de sus títulos…

Son muchos años dedicados a esto. Y además, aunque viva en un pueblo como Barbate, me muevo en otro ámbito. Soy arbitro mundial y voy a arbitrar a todas las citas de campeonatos internacionales, y eso, quieras o no, me ha dado mucha experiencia, además de todos los cursos internacionales por Europa y Asia.

¿Cómo se inicia en el karate?

Empecé con 15 años. Por entonces estaba estudiando y conocí a unos amigos que entrenaban karate. A partir de ahí ya no paré. Luego, cuando tuve oportunidad y trabajaba en Marbella me apunté en un Dojo con 16 años, y luego seguí practicándolo en Cádiz. Desde los 16 años hasta 54 que son los que tengo, no he parado de entrenar. Pero los inicios como todo el mundo: bien por el cine, por las revistas o por los libros. He tenido mucha suerte porque he tenido muy buenos maestros, y eso es lo que me ha hecho seguir adelante.

¿El karate es un deporte o un arte marcial?

Muchos quieren confundir al Kárate con un deporte. El Kárate no es un deporte, aunque tenga una rama deportiva, que es la competición. El Karate es un arte marcial. Un arte marcial es un arte guerrero, un arte para sobrevivir. Existe esa rama deportiva, la competición, donde hay unas reglas, donde están prohibidos ciertos ataques, porque el deporte busca, sobre todo, la salud.

¿Que se necesita para ser un buen karateka?

El karate, al igual que todas las artes marciales japonesas, está muy ligado a los valores. Un arte marcial no se entiende sin ciertos valores como es el respeto, la educación, la disciplina, o el autocontrol. El que quiera practicar karate tiene que aprender primero a respetar a los compañeros y a respetarse a sí mismo, a disciplinarse. Una persona sin disciplina no puede practicarlo. Si quieres aprender karate, todos los pensamientos negativos los tienes que dejar aparte, porque sería imposible aprender. Esa agresividad que tenemos por naturaleza, la tienes que emplear contigo mismo para aprender, para esforzarte, para conseguir metas e irte superando. 

¿Qué intenta enseñar a sus alumnos?

Intento sacar de cada alumno todo lo bueno, porque cada persona es diferente. El que es bueno en cualidades físicas a lo mejor mentalmente no está muy fuerte, y al contrario. El combate de karate es más inteligencia que otra cosa, por lo que no sólo basta tener grandes cualidades físicas, mucha velocidad, mucha fuerza o habilidad en las técnicas. Si no trabajas inteligentemente no ganas un campeonato o un combate.

Por ello, intento sacar de cada alumno lo mejor, cada persona es un mundo, y no todos los que entrenan kárate buscan lo mismo: uno lo practican porque quiere mantenerse en forma, otro porque quiere competir, otro porque quiere aprender a defenderse, y otro porque se lo ha mandado el médico. Cada uno tiene un objetivo, y pretender enseñar a todos el mismo modelo es muy difícil. Lo tienes que ir encauzando, llevándolo hacia un mismo objetivo, pero siempre contando con que cada alumno es un mundo.

Como karateka, ¿Quién ha sido su referente?

Del mundo del karate, mi maestro. Me inspiro y me miro mucho en mi maestro Sensei Enoeda, un maestro japonés que falleció hace unos diez años. Tuve la suerte de conocerlo en los años 80 en Londres, y desde entonces siempre ha sido mi referencia como karateka. Muy completo: un gran portento físico, un señor del karate, con unas maneras de transmitir el karate enormes, algo muy importante. 

Fernando Rivera junto al maestro Shiina Katsutoshi en el Sohombu Dojo de Japón en el Curso Internacional de Otoño de JKA (octubre de 2013). 

¿El karate está valorado a nivel nacional?

Sí. A nivel nacional y a nivel mundial. Es un arte marcial que tiene una gran cantidad de adeptos por todo el mundo. Diría que no hay otro arte marcial que tenga más practicantes que el karate.

¿Hay afición a nivel local?

En Barbate el kárate lleva funcionando 40 años. Y no creo que haya un deporte, si hablamos de deporte, que a Barbate lo represente en el mundo más que el karate. Y en cuanto a logros a nivel nacional e internacional no creo que en Barbate otro deporte haya conseguido más que el karate. Barbate es muy conocido internacionalmente por el karate.

¿Se siente valorado en Barbate por lo que ha hecho?

Sí, yo creo que la gente que me conoce me valora bastante. Los que me conocen. Y otros que no me conocen, pero han oído hablar de mí, no creo que tengan una mala opinión. Ahora, si te hablo como deporte, creo que el karate no ha sido nunca bien tratado en Barbate por ningún grupo institucional. Más bien hemos sido nosotros los que nos hemos acercado para hacer algún evento. El arte marcial no ha sido suficientemente valorado. A mí me da igual que me reconozcan o no, busco superarme a mí mismo, y reconocerme yo, los reconocimientos que me den me trae sin cuidado. Yo sé que los que me conocen me valoran.

Pongo un  ejemplo. El karate de Barbate y de la provincia sale en el Diario de Cádiz cada dos por tres. No hay un deporte en Barbate que salga en forma de éxitos deportivos más que el karate (Enseña los recortes). Pues parece que a los que están en el Ayuntamiento y llevan el tema de deportes les trae sin cuidado. Se enteran, pero no lo valoran. Peor para ellos.

Ha viajado varias ocasiones por Asia ¿Qué es lo que más le atrae de la filosofía oriental?

Los orientales son muy distintos a nosotros. Ellos miran más hacia dentro, nosotros somos más exteriores. Ellos valoran lo interior, miran más hacia los valores de las personas. Son muy educados, muy respetuosos. Cuando hacen algo se entregan al cien por cien y lo respetan al máximo. Nosotros valoramos más la casa que tenemos, el coche, es decir, valoramos lo exterior más, incluso, que a nosotros mismos.

Esa es la diferencia que veo entre occidente y oriente aunque puedo hablar de lo que conozco, del pueblo japonés. Los japoneses son unas personas muy ordenadas, con mucha educación. A mí me choca mucho porque ya quisiéramos tener nosotros un poquito de lo bueno de ellos, que es bastante. Para mí, el pueblo japonés es un modelo a seguir. Ahí está. Así nos va a nosotros, así les va a ellos. Se caen y se levantan con gran facilidad, y nosotros estamos hundidos en esta crisis

¿Qué podría aportar esa filosofía oriental si la tuviéramos en cuenta ?

Pues ya te digo, todo. Si empezamos a valorarnos, si empezamos a creer en nosotros, a ser más educados. Al respeto, a la disciplina, al orden. Eso es todo en la vida. Y es que la crisis es una crisis de valores.

 

La sabiduría, a veces, no va acompañada de arrugas en la cara como muestra el cine más internacional. Ni de ojos achinados. La constancia y la continuidad también escoltan al conocimiento. El espíritu y la garra. La disciplina y el respeto. Salimos de  aquella oficina llena de fotos, trofeos y, posiblemente, grandes recuerdos. Un pedazo de Japón en Barbate. Un maestro. 

 
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