Hay gente que cuentan cuentos, otros los leen, hay quienes pasan las páginas sin más y algunos los tienen porque sí. Escritores y dibujantes son los responsables de esas historias que engancharon de pequeño y continúan haciéndolo de mayor. Pero hay personas que son protagonistas de sus propias historias, con sus páginas a color, con sus portadas de cartón. Protagonistas de cuentos que ellos mismos han querido crear, y que hacen sentirse capacitado al que los lee. Miriam Reyes Oliva comenzó a escribir su cuento hace unos años.

Esta barbateña, licenciada en Arquitectura, inició su proyecto con la pretensión de ayudar a un familiar con autismo. Un cuento. Esa era su idea. Un cuento adaptado a pictogramas con el que enseñaba a su primo pequeño una serie de hábitos que cualquier niño aprendía normalmente con esa edad. Así, poco a poco, y buscando el camino para que cualquier persona accediera a su idea, observó que con su creación podía ayudar a muchas familias. Mostró una herramienta más para tratar el autismo. Fue creando su historia, su cuento. Miriam escribe nuevas páginas gracias a los apoyos que recibe para desarrollar este proyecto. Profesionales que tratan habitualmente a los niños con autismo, compañeros que comparten intereses y personas que pretenden ayudar con sus capacidades. Protagonistas de una historia que da forma a Aprendices Visuales, nombre por el que actualmente se conoce el proyecto. Emprender para mostrar capacidades. 

¿Qué es Aprendices Visuales?

Es un proyecto en el que intentamos desarrollar todo el potencial de cada niño con autismo. Comenzamos con cuentos adaptados a pictogramas. Ahora hemos abierto una nueva línea, que es de sensibilización y potenciación del talento artístico de las personas que tienen autismo.

¿Cómo nace esa inquietud para desarrollar este proyecto?

Yo no sabía nada sobre autismo hasta que se lo diagnosticaron a mi primo, que se llama José. Con él comprobamos cómo reaccionaba a todo lo visual y descubrimos que podía aprender de esa manera. Es una forma de aprender diferente que a mí me interesaba mucho, y que te demuestra que no todos aprendemos igual.

Cuando era pequeño, y era el momento de quitarle el pañal, creamos El Calzoncillo de José, un cuento en el que se relataba una historia de cómo dejar el pañal e ir solo al baño. Y lo que tenía de especial es que cada palabra tenía pictogramas. Con él funcionó muy bien, y en un par de semanas ya había dejado el pañal.

¿Por qué Aprendices Visuales?

Estudios científicos certifican que una persona con autismo aprende visualmente por encima de la media. Todos somos aprendices visuales, pero ellos son más aprendices visuales. Los cuentos que nosotros hacemos lo que tienen de especial es que están adaptados a pictogramas. Cada palabra siempre va a ir acompañada de la imagen y así lo comprenden mejor.

¿Quién integra Aprendices Visuales?

Desde que comenzamos creamos un proyecto colaborativo y muy abierto. Hay una idea, que es desarrollar las colecciones de cuentos, pero los primeros con los que contactamos fueron los profesionales de las asociaciones de autismo, que ellos sí son expertos en todo eso. Autismo Cádiz, primero, después Autismo Sevilla y ASIQUIPU Barbate. Nosotros lo que hacemos es un proceso de coordinación entre la ilustradora y los profesionales.

¿Por qué decidió seguir adelante con el proyecto?

Cuando busqué material para trabajar con mi primo no había casi nada. El primer cuento decidí colgarlo en Internet para que cualquier familia que lo necesitara lo utilizara. Mucha gente nos lo pidió y agradecía nuestro trabajo. Ahí observas que había familias que necesitaban lo mismo. En ese momento estaba finalizando la licenciatura de Arquitectura y decidí que aunque siguiera con mi carrera no podía hacer la vista gorda ante una situación como esta. Contacté con profesionales y diseñamos las colecciones de cuentos que llevamos a cabo en Aprendices Visuales para dar respuesta a esas demandas que existían.

¿Cuál es el estado del proyecto?

Hemos terminado el primer cuento, El Oledor Explorador, y ya está en formato digital, además del formato físico. También hemos finalizado la primera fase de una financiación colectiva para trasladarlo a aplicación interactiva. Lo que intentamos es, a través del cuento digital, llegar al máximo posible de personas.

Este año hemos organizado una galería de arte donde exponíamos a artistas con autismo integrados con otros artistas. Ha funcionado muy bien, ya que como estaban todos en el mismo espacio, los visitantes no veían la diferencia. Y es que el arte puede ser una herramienta de sensibilización.

¿Los cuentos se han aplicado en algún centro o grupo?

El cuento de El Calzoncillo de José se ha utilizado mucho, tanto en centros específicos de autismo, como en otros centros e incluso colegios, además de las familias que han accedido a través de internet. Lo importante es que nuestros trabajos están bajo licencia Creative Commons, lo que permite que cualquier persona lo descargue, modifique y adapte. Por ejemplo, una madre puede personalizarlo con la foto de su hijo y, según el nivel evolutivo del niño y el momento en que se encuentra, lo puede adaptar para que sea cien por cien eficiente.

¿Qué es lo más importante en el tratamiento de un niño con autismo?

Una persona con autismo tiene tres características: dificultades en la comunicación, dificultades en las relaciones sociales y una serie de intereses restringidos. Dentro de esas tres características, cada persona con autismo va a presentar más o menos en un ámbito o en otro. Hay personas que les cuesta más comunicarse y otros tienen dos idiomas aunque tengan autismo. Cada persona es única, y tendrá sus dificultades o no con el autismo. Como cada persona es única, lo más importante es conocer a esa persona. Qué es, cómo es y qué necesita. No hay una solución mágica. Sabemos que los pictogramas funcionan, que lo visual funciona, pero va  a funcionar más o menos dependiendo de cada persona y de cómo se trabaje.

¿Cuáles son los nuevos desafíos de este proyecto?

Ahora mismo estamos desarrollando la aplicación de El Oledor Explorador, que será el primer cuento con pictogramas adaptado a aplicación, y probablemente esté listo en septiembre u octubre. También, hemos conseguido que la madrina de este cuento sea Rosana, por lo que nos está sirviendo de apoyo para su difusión.

Actualmente buscamos la financiación para los cuentos en formato físico, ya que queremos que a las asociaciones lleguen gratuitamente. Buscamos modelos de financiación para asegurarnos que los cuentos lleguen a las asociaciones, y así todos los niños puedan acceder a ellos.

¿Son necesarios más proyectos alejados de lo comercial a los que las personas puedan acceder?

Todo el mundo debe ser pagado por su trabajo, porque todos tienen que vivir. Pero una vez que nosotros pagamos los costes para desarrollarlo, creemos que lo mejor es ponerlo a disposición de todo el que lo necesite. Para nosotros es mucho más importante contribuir al desarrollo de esas personas que cobrar un precio por ese cuento, porque ya no se alcanzaría a tanta gente.

¿Las mejores ideas son las más rentables para el ciudadano?

Al final lo importante de todo es que seas feliz. Se cree que las buenas ideas son las económicamente mejores. Las personas que se han dado cuenta de que eso no es así, saben que las buenas ideas son las que consiguen impactar en un mayor número de personas de forma positiva. Pienso que la buena idea depende de cada uno, pero evidentemente es la que tenga un mayor impacto positivo en la sociedad, económico o no.

Emprender es lo que ilusiona a muchos jóvenes, el tener una idea y ponerla en práctica ¿Se están apoyando las buenas ideas en España?

Actualmente creo que se promueve mucho porque es un momento en el que se necesita emprendedores, nuevas ideas. Pero eso depende de cada persona. Emprender conlleva estar 24 horas al día 365 días al año desarrollando tu proyecto. Para emprender, primero hay que tener un carácter emprendedor y, al margen de que la idea sea buena o no, ganas de estar 24 horas conectado.

¿Cuáles son los elementos necesarios para que una idea salga adelante?

El elemento más importante es que te apasione tu idea. Que te apasione lo que estás haciendo y lo que vas a hacer. Y a partir de ahí dar el primer paso, creer que puedes hacerlo y empezar a caminar. Una vez que comiences no hay reglas, porque cada proyecto será muy diferente. Tiene que ser algo que harías en tus ratos libres por que sí. Si se hace de esta manera es que te gusta tanto que lo vas a hacer sí o sí.

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