La llegada de los túnidos y los tunantes…

Todo está preparado. Las redes caladas, las cámaras en espera, la legítima y contra legítima atentas, las raberas en guardia y los laberintos para recorrer hasta llegar a la profundidad del copo... Mayo llega, como agua de mayo…nunca mejor dicho. La fiesta está lista para el inicio de un antes, un durante o un después. Los ingredientes están conjugando con vocablos gratos para el oído, para el paladar… ahora sí estimado vecino, llaman a la puerta de nuevo, llegan los túnidos, llegan los tunantes.

Los túnidos y los tunantes se rifarán al mejor postor. Algunos con más ‘mormo’ que otros apoyados de los ‘contramormos’ que acuden, muchos de ellos, a mirarse más su ‘barriga’ que la de su otra especie, porque piensan que tienen más ‘huevas’ que el resto, para ello utilizan su ‘morrillo’ con ganas de engatusar y embaucar las bocas más exigentes. Otros, más de ‘derecho’ que de ‘revés’, se parten el ‘lomo’ en busca de una salvación; también están los cervantinos que llegan a ‘por el atún y a ver al duque’, y los más rezagados que esperan a la ‘cola’ para ver qué pasa…pero lo que muchos de los túnidos y los tunantes no saben o no quieren darse cuenta que lo que espera el gran degustador es, saborear el buen ‘corazón’. La mejor parte.

En estos tiempos de mayo, tanto los túnidos como los tunantes nadan a velocidades de crucero, algunos pueden alcanzar velocidades insospechables que en otras épocas del año…ahora es mayo y la meta está cerca.