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Enfoque de GeMa LópeZ 19

Gema López  |  29 de enero de 2015 (02:00 h.)
tablero

Trebejos

Como un tablero de ajedrez así se presenta 2015 en Barbate. Las damas se suben a las torres de la Casa Consistorial para dar la voz de alarma de la situación que atraviesa este bello rincón del sur. El rey, mientras tanto, espera en su sillón intentando en su pensamiento que las aguas (nunca mejor dicho) vuelvan a su cauce…pero los peones, caballeros y alfiles cansados muchos de ellos, otros expectantes y algunos cuantos sonrientes… esperan a las puertas de la Corte barbateña la señal.

2015 se presenta como el que dejamos hace escasamente unas semanas…o podríamos decirlo que por desgracia un poco o bastante peor. No hay casi cambios en las nóminas, sí hay cambios en los recibos del agua...subiendo como la espuma como la que antes salía a borbotones de la depuradora aunque ahora siga saliendo por otros lares, hay más carros a las puertas de los supermercados esperando la empatía del vecino, las aceras se agrietan, los desempleos aumentan, la basura se amontona, la luz se apaga... Mal asunto.

Los caballeros andantes, porque muchos de ellos ya no tienen ni para el pienso, corretean al trote por los rincones del Retín…pensando cuál será la siguiente jugada. Los alfiles pendientes de sus nóminas, las damas y futuras damiselas se esmeran en ser a partir de ahora más sonrientes con la llegada del mes de mayo, el Rey pendiente de su reino, pendiente de su ombligo…otros reyes se postulan para arrebatarle el sillón. Un sillón ubicado debajo de una torre donde las horas ya no marcan…

Por eso, los peones tenemos la posibilidad de movernos libremente por todo el tablero, de darle cuerda al reloj, tenemos la habilidad de poner a un rey de reyes o no poner nadie, los peones tenemos la cualidad de transformarnos en la pieza que uno desee, exceptuando la del rey u otro peón…por eso lo mejor de todo es que las 16 piezas o ya sean las más de 22.000 almas que forman este tablero de ajedrez deberíamos de una vez por todas buscar la unión… por el bien de un pueblo, por el bien de su vecino, por el bien de usted mismo.

Mientras tanto, La Breña nos observa, sonriente y sin maldad, como debe ser.

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