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HISTORIA

El asesinato de Tato Anglada en agosto del 36 (II)

Heraldo de Barbate  |  26 de agosto de 2013 (12:21 h.)

Los historiadores Francisco Javier Hernández y Santiago Moreno ofrecen la segunda entrega de las investigación sobre la muerte del último alcalde de la República.

Francisco Javier Hernández y Santiago Moreno Tello

En los primeros días de agosto, el Juez Instructor continuó enviando distintos oficios a las autoridades vejeriegas, tanto municipales como militares, solicitando  informes de conducta sobre Tato y Porta, a la par de que se abre de manera oficial el 4 de agosto la Causa de enjuiciamiento militar a los detenidos.

El 12 de agosto, el juez firma el auto de a Tato Anglada y a Porta Crespo. Se pone en libertad a Oliva, aunque un documento manuscrito en la Causa indica que esta no se llevó finalmente a cabo por orden expresa del Comandante Militar de Cádiz.

Siguiendo la mecánica de la jurisdicción golpista, al día siguiente, se tomó de nuevo declaración a los inculpados. En esta ocasión, Tato Anglada acusó a José Mera, el nuevo alcalde gestor de Vejer, y a José Pérez-Rendón Sánchez, último alcalde durante la Dictadura de Primo de Rivera, de su traslado a Vejer desde Barbate lo que, según él, se aprovechó para incriminarlo. Indicó también que existía el rumor entre los presos vejeriegos de que había fascistas incubiertos entre ellos, así como que no se habló de política en aquellos días. Añade además nombres de personas que podían atestiguar su conducta en la cárcel: los carabineros Pedro Calero y su compañero y el carcelero Lorenzo. Añadió en su defensa que aquellos días estuvo enfermo, con fiebre, la cual le impedía levantarse estando todo el tiempo recostado.

También indica sobre su condición de militar, haciendo un repaso de su trayectoria como farmacéutico en la Sanidad Militar al respecto, para resaltar de dicho modo que jamás haría ofensa alguna al ejército como lo acusaban. Finaliza su declaración, indicando con cierta aversión que seis individuos fueron puestos en libertad en Vejer el día que se ordenó su traslado a Cádiz y a él no.

Empero, para desgracia de Tato Anglada, ese mismo día llegaba a Cádiz un escrito del nuevo alcalde pedáneo de Barbate, Agustín Varo Varo, que se acompañaba de un documento requisado, el cual, con fecha de 19 de julio, miembros dirigentes de CNT –Luis García y Miguel Martín-, solicitan fluido eléctrico en la casa de don Demófilo Victorique para colocar una radio, solicitud que firma a modo de aprobación Tato. Además entre los días 11 y 12 del mismo mes se volvió a tomar declaración a los ex presos Julio Sánchez Cabrera, José Benítez Alba, José Pozo Magallanes y al alcalde vejeriego José Mera. Todos se reafirmaron en las declaraciones de finales de julio a excepción del carcelero Lorenzo Sánchez que días atrás había sido enviado al frente como cocinero junto a la bandera de Falange por lo que no le fue posible declarar de nuevo.

En Barbate, se volvió a hacer lo propio con el carabinero Julián Merelo. En esta ocasión dibujó a un Tato Anglada indeciso ante la sublevación militar y lo acusó de perseguir meses atrás a fascistas como “Patricio Castro Núñez, Francisco Valencia Recio ambos médicos, a José Rebollo Verano industrial, José Villanueva Rebollo, Agustín Varo y Varo estos comisionistas, el farmacéutico Manuel Guerra Virues, los hermanos Márquez industriales y otros que no recuerda, haciéndolo distintas veces y en particular con el segundo...”. Casi coincidió con la segunda declaración que seguidamente hizo el Guardia Civil Antonio Naval. Las cosas se pondrían realmente feas para Tato Anglada cuando el Teniente Comandante Militar de Vejer, José López remitió al Juez Militar de dicha plaza una carta de su puño y letra donde se puede leer:

“...el referido Tato, durante los meses anteriores, se dedicaba a escribir burda y groseramente en el periódico de La Línea titulado “Destello”, ofendiendo en él de manera impropia a todo hombre que posée una carrera como él, a cuantos sujetos no le eran simpáticos llamando incluso “gorrón y mangón” y “capitán Araña” al que en aquellos tiempos, aunque de manera indigna desempeñaba el cargo de capitán de esta compañía, el cual como ya digo inmerecidamente ostentaba el uniforme de Capitán del Instituto y profería por lo tanto ofensas a un militar. El mencionado boticario Tato, al llegar de Madrid en un reciente viaje que hizo, al ser parado en la entrada de Barbate el auto que lo conducía por fuerzas de Carabineros y preguntado que traía, contestó que un avión con bombas para los Jefes y Oficiales de la Guardia civil y Carabineros.”

El escrito revela de manera un tanto “sui generis” algunos hechos de Tato Anglada durante los meses del Frente Popular. Y es que las denuncias del alcalde-pedáneo ante el pleno del ayuntamiento de Vejer fueron contínuas, quejándose de nombramientos ilegales como el del Capitán de Carabineros al que hace mención el escrito. La frase que aparece subrayada por último en el manuscrito, no deja dudas, cierta o no, de las malas relaciones del alcalde-pedáneo con algunos altos rangos de la Guardia Civil y Carabineros semanas antes al 18 de julio.

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