¡Maestro, esta se está copiando! Le dijo un alumno cuando recibía el manotazo de la niña que estaba sentada detrás ¿Hablando yo? ¡Si está hablando todo el mundo! Gritó enfadada. Entre tanto, uno lanzó una bola de papel y le dio en la cabeza al más pardillo de la primera fila, mientras los tres del fondo hablaban enviando mensajitos de papel con faltas de ortografía.
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Opiniones de
Joaquín Fernández
Carmen y Rafael. El pescado y la carne. La mar y el río. La brisa de la costa y el calor del interior. Los pinos y los olivos. El autobús y el autocar. El andar y la moto. La playa y la piscina. La mortadela y el salchichón. El ventilador y el aire. La mano derecha y la izquierda. Sólo tú y yo nos entendemos, le dijo el atún al san jacobo. Somos un puzzle, respondió.
Hola, soy Santiago Izquierdo. Vivo en la calle de la República, en el número 14, segundo izquierda. Soy zurdo. Pero no por nacimiento o herencia, sino porque nací con dos brazos izquierdos. Es curioso. Encima, con mi ojo derecho veo regular. Me lo quemé trabajando como soldador, me saltó una chispa y desde entonces sólo veo con un ojo, si, el izquierdo.
Somos. Del verbo ser. Presente del modo indicativo. Un verbo irregular, tan irregular como Barbate y sus vecinos y tan presente como lo que somos. Somos irregulares. Si. Lo somos. Somos tan irregulares que no sabemos qué es lo que queremos, ni mucho menos lo que necesitamos. Así lo demuestra nuestra historia más reciente, protagonizada por la mala gestión de nuestro patrimonio y por los ojos de unos vecinos que no hemos sabido señalar a los culpables de este desastre. Aunque nosotros sí que somos los verdaderos culpables por dejarles hacer lo que han querido.
No os lo creéis ni vosotros ¿el Cine Avenida? Dejad de engañarnos y vendernos la película ¿os creéis que somos tontos? ¿sabéis que estáis jugando con el recuerdo de vuestros vecinos? Y eso que en Barbate no hay Señores Potatos ni Buzz lightyears para que constantemente hagáis lo que queráis con nosotros. Una cadena perpetua cada cuatro años, eso es lo que estamos viviendo.
“Ya ha llegado a la ciudad…”, escuché la semana pasada cuando paseaba por la calle de una ciudad andaluza. El sonido que anunciaba el evento salía de los altavoces que portaba un coche en su techo, al estilo Orugo en barbateño. El sonido me llamó la atención y puse el oído: “…El gran Circo Quirós: equilibristas, magos, leones y payasos, muchos payasos”. Así lo anunciaba la grabación.
"Los nombres comunes en minúscula, pero los propios en mayúscula". Eso nos decían en la escuela. Pues hagamos lo correcto. La Feria, su libreto, su alumbrado, la Virgen, los puestos de tiritos, los patitos, el camión de los turrones. Se acerca la Feria del Carmen, y con ella, sus tradiciones. Algunas comunes, pero otras muy propias. Una de ellas, la Gran Regata de Botes. En el año 1930, el periódico local La Independencia de Barbate ya mencionaba la 'Regata de Botes y Cucañas', que por entonces se celebraba en el río de la localidad. Tradiciones que en los últimos años han sido maltratadas por la desidia, la despreocupación y una falta de implicación contagiosa de concejales responsables que no han sabido ni escribirla correctamente.
Siento vergüenza, pero a la vez alivio. De verdad. Vergüenza por ver cómo pasean su hipocresía los grandes partidos de este país. Sus tentáculos son capaces de llegar hasta cualquier rincón de la población más pequeña de la península para aprovecharse de sus ciudadanos y utilizarlos como herramientas low cost. Pero siento alivio por ver cómo hay jóvenes que trabajan para intentar llegar a una sociedad más justa. Algunos por intereses particulares, ellos sabrán, pero otros porque su percepción de la realidad les obliga a cooperar sin recibir nada a cambio.
(Qué poco nos gusta comprar un mueble en el IKEA. Nos resulta bastante complicado encajar todas las piezas. Pero como es la moda, hoy entregamos un artículo por piezas. Móntelo siguiendo el orden, y comprenda cómo hacen funcionar a nustro pueblo):
Mala imagen. Por dentro y por fuera. Físicamente y en su gestión. Eso es lo que da. Nuestro Ayuntamiento da mala imagen. Y a veces, hasta vergüenza. La que debería ser la institución más respetada, integrada entre otros, por un equipo de Gobierno elegido entre todos los ciudadanos (entre los que tenemos derecho a votar), no pasa por su mejor momento, pero tampoco hace falta decirlo, porque se puede comprobar al pasar por delante. El respeto a la principal institución debe ser esencial para que un municipio pueda desarrollarse. Lógico. Y no la hemos respetado. Pero tampoco se ha hecho respetar.
Eso piensan en muchos mentideros locales. El orgullo de decir que se está haciendo bien, o el pertenecer a las filas cerradas y jerarquizadas de algunos partidos políticos ciega la necesidad de cambio y de regeneración política, y no sólo en lo nacional. Manifestarse pacíficamente sirve. Y mucho. Es la herramienta que muestra el grado de unión de los ciudadanos.
Sé ke me hequiboco. Ke lo que escrivo no está vien. Es incluso difícil de hentender. Pero ke quede claro, se ke me hequiboco. Aunque no lo hentendais, no pasa nada, confiad en mí, que aunque me hequivoque lo hago por vuestro bien. Heste es el camino ke nos llevará adonde todos keremos ir. Yegará ese día en en el ke no nos equibocaremos mas y ke entendereis por ké hago esto. Se cual hes ese camino. Lo prometo.
Otro curso escolar. Qué recuerdos. El primer día que pisamos la escuela. Ese primer curso en el que nos enseñaron las vocales. Repasémoslas.
Cachorros con chaquetas rojas, azules e incluso verdes. Cachorros cegados, a los que han moldeado en esa jaula que llaman política