Otras vez otro fuego. Otra vez las cenizas sobrevuelan el pueblo barbateño. Otra vez tenemos que mirar para nuestra expropiada Sierra y tenemos que asustarnos del humo, el olor y el espanto que produce ver a la gente en la playa corriendo.
Sí, gente que ve como su turismo se marcha por no poder estar ni en la playa, pero ya no en Pajares o en la conocida playa de los Militares, sino desde ‘la Barra’ hasta Rajamanta. La peste. Las cenizas. Un pueblo al que le está costando un mundo sobrevivir, sólo necesita, en la antesala a los meses de verano, semejante panorama. Pensemos.
Un pueblo al que le está costando un mundo sobrevivir, sólo necesita, en la antesala a los meses de verano, semejante panorama.
Si yo fuera foráneo, tengo intención de veraner por la zona, y veo en los medios semejante aquelarre ¿me vengo de vacaciones? Entre las prioridades que los visitantes buscan, amén del descanso, está la seguridad. Sin centros hospitalarios cercanos – 45 minutos sin tráfico para Puerto Real y el CHARE, HARE o su p.. mare cerrado- un fuego constante causado o no causado por las maniobras de la OTAN, como para venir. Y sin recibir un sólo euro por la ocupación del término municipal.
El Ministerio de Defensa se ha apresurado en dejar claro que no había maniobras pero ¿creen que después de más de 30 años de maniobras los barbateños son tontos? Los helicópteros, los anfibios y demás sonidos que se entremezclan en la paz de la playa barbateña, sonaron antes del fatídico día. Y no es la primera vez que esto pasa.
¿Sería posible que este fuego en realidad fuera una práctica más para los marines de la OTAN?
El fuego, todavía no apagado, continúa quemando y aquí nadie se responsabiliza. Por pensar, nos da por pensar que, incluso, ojo por pensar… ¿sería posible que este fuego en realidad fuera una práctica más para los marines de la OTAN? El coste que supone movilizar a tanta gente está claro que no es apagar un incendio de un ‘pueblucho’ como el nuestro.
Si lo piensas no es muy raro. Unas maniobras de lucha contra un incendio en cualquier guerra, el ver cómo se desenvuelven los militares en una acción controlada pero real, una práctica más para formarse. Si lo piensan, es curioso, sólo si lo piensas. El problema es que se pudo haber descontrolado demasiado debido al viento y por eso se ha extendido por zonas no militares. Ojo, si lo piensas.
Lo cierto es que esta es la gota que ha colmado el vaso y la ciudadanía ha empezado a movilizarse. Quizás volvamos a ver aquellas marchas por la carretera o las concentraciones por la Paz, quizás se vuelva a ver aquel cartel del añorado Luis Valverde coronando el municipio. Quizás, sólo quizás.