20:17 h. jueves, 28 de marzo de 2024

Soy gilipollas

Joaquín Fernández | 18 de marzo de 2015

Hola, soy Santiago Izquierdo. Vivo en la calle de la República, en el número 14, segundo izquierda. Soy zurdo. Pero no por nacimiento o herencia, sino porque nací con dos brazos izquierdos. Es curioso. Encima, con mi ojo derecho veo regular. Me lo quemé trabajando como soldador, me saltó una chispa y desde entonces sólo veo con un ojo, si, el izquierdo.

¿Mi vida? Poco que contar. Una familia, humilde, mi casa de alquiler, y como a todos, nos cuesta trabajo llegar a final de mes. Estoy parado. No tengo un apellido de pedigrí, pero me siento orgulloso de él. Lo heredé de mi padre. Él, un trabajador hasta el día de su muerte que sacó hacia delante a sus cinco hijos. Enviudó muy pronto, y él solo supo cuidar de su familia. Mi padre trabajaba en una empresa de papel higiénico. Bueno, realmente en la que fabrica los cartones que aguantan el papel higiénico. Es muy curioso como lo hacen. Antes lo hacían a mano, pero ahora una máquina sustituye a decenas de empleados. Él siempre decía lo mismo: “hay hombres importantes que sostienen y firman documentos muy importantes, pero lo que yo fabrico sostiene el papel más importante de la vida: el de limpiarte el culo”.

Recuerdo muchas cosas que me decía de pequeño, otras se me han olvidado y las recuerdo cuando paseo o voy a correr, ya que me gustaría r al gimnasio, pero no puedo permitírmelo. Es imposible, con tanto sinvergüenza suelto sólo es pagar y pagar, incluso antes que nuestra salud. Es imposible. Y bueno, lo mejor es que todo sube: la luz, la bombona, el autobús. Todo ¿Y la paga de mi suegra? Pues…mejor ni hablar. Gracias a ella vivimos.

Aunque pueda pagar mi casa con los chapú que me salen y con lo que gana mi mujer limpiando, tenemos que comer cada día en casa de mi suegra. Nos resulta imposible poder hacer vida en nuestra casa, y más con nuestra hija estudiando, que cada año le resulta más difícil poder alcanzar la beca. Más y más impedimentos mientras los banqueros se han gastado nuestro dinero en cubatas y en putas. Y no lo niego. Alguna vez que otra hemos tenido que acudir a Cáritas a por ropa. Se lo agradecemos. Y no saben cuanto. No lo estoy pasando bien, pero reconozco que otros están algo peor, sobre todo mi amigo Manuel, al que le quitaron la casa y encima la tiene que seguir pagando.

Pero a mi no me engañan. Nadie me engaña. Seguro que todo esto mejorará. Esta semana votamos de nuevo. Yo lo tengo claro. Abriremos la ventana de los despachos para que estén centrados y con nosotros en Andalucía, porque necesitamos que solucionen nuestros problemas. Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer, porque la pinta de muertos de hambre y piojosos que traen algunos no me da buena espina. Sinceramente, prefiero los de corbata y chaqueta, estar sin trabajo, y seguir comiendo en casa de mi suegra.   

Otras opiniones
Autores de opinión
Facebook