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ENTREVISTAS

“Es un orgullo llevar el nombre de mi pueblo por bandera”

Luis Rossi  |  26 de septiembre de 2013 (03:26 h.)

Arturo Guzmán Rodríguez, conocido en el mundo carnavalesco como Arturito de Barbate, nos cuenta su vida, sus ilusiones, sus sueños… la historia de un pintor de coplas.

Una vida cantando entre coplas de carnaval, flamenco y demás estilos musicales. Acaba la faena y nos atiende, se muestra con una sonrisa, la misma que casi no se le va en toda la entrevista. Arturo Guzmán Rodríguez, conocido en el mundo carnavalesco como Arturito de Barbate, nos cuenta su vida, sus ilusiones, sus sueños… la historia de un pintor de coplas.

-Año completo de actuaciones ¿qué tal se ha dado?

Según están las cosas, mejor imposible. “Los Gatos” no hemos parado de cantar cada fin de semana, este último nada más y volvemos el próximo. En calidad creo que somos lo máximo ahora mismo y por eso nos llaman.

-Sin embargo, en el Concurso… ¿qué balance haces?

Pobre, un resultado muy pobre. La final ha sido muy triste este año. Nosotros teníamos cosas muy buenas guardadas, pero bueno. No pasa nada, esto solo es carnaval y hay que asumir que es un concurso. Pero te das cuenta de lo que mueve la comparsa, cuando hay grupos que han ido a un sitio y la gente casi ni ha aparecido, y de repente llegamos nosotros y van a verte más de mil personas.

-En solitario también ha tenido un verano bastante movido…

Así es y muy agradecido a todo el mundo que me llama para cantar. Soy pintor, no me dedico profesionalmente a esto, por eso para mí es muy emocionante cuando me llaman para que canten en una boda, en el día más importante de sus vidas.

-¿Tiene pensado seguir su carrera profesional como artista?

Mucha gente me lo dice, que lo intente, yo quiero hacer cosas, pero es muy complicado. Para ello hay que dedicarse en cuerpo y alma, pero no puedo parar de trabajar. Tengo una hija, un piso, un coche, esas cosas hay que pagarlas y no esperar a que caiga la breva.

-¿Puede seguir los pasos de la barbateña Estela Amaya en el programa La Voz?

La verdad es que no lo había pensado, me lo han comentado ahora y no lo descarto. Por cierto, me alegro muchísimo por Estela.

-Pero ha estado en muchos lugares cantando ¿dónde ha sido el lugar más alejado?

Lo más lejos en Ávila y Zamora en una boda. Me llamaron y eso que no tengo Facebook, ni Twitter, ni nada eso, pero la gente se las apaña para ponerse en contacto conmigo.

-Y allá donde va con el apellido de su pueblo…

Así es, desde que iba a Cádiz me llamaban así y encima llevando a mi pueblo por bandera. A mí me conocen por Arturo, pero se me quedó lo de Arturito de Barbate. Es un orgullo.

-Cuando eras pequeño ya intentaron promocionar su carrera ¿qué pasó exactamente?

Con la comparsa infantil “A las claritas del día (El Diario)” (1992) después de cantar en San Antonio en Cádiz, me llamó el director, Mariano Jiménez, y ya estaba pensando yo que qué habría hecho y encima mis amigos metiendo baza. Me presentó a un hombre y me dijo que si quería ser artista, mi respuesta fue un no rotundo, porque todos los artistas eran unos ‘enganchaos’. El tío se hartó reír y ya habló con mis padres. Fue una fiesta en toda la barriada cuando se enteraron de la noticia, pero al final mi abuela se opuso y convenció a mi madre.

-¿Qué tiene la barriada de El Chinar que salen artistas hasta de debajo las piedras?

Hay mucho arte en El Chinar. Se ha juntado la generación de los ochenta y no veas. Reyes que es un pedazo de autor, que si no hace nada en Cádiz es porque no quiere, Juan Ramón con la guitarra, los Sevilla, mis hermanos, que son unos fenómenos y muchas más gente.

-Antes el Carnaval era muy distinto en la barriada ¿qué recuerdos tiene de aquellos momentos?

El patio aquel era una fiesta. Mucho ambiente y se disfrazaba todo el edifico entero. Ahora se me escapan los detalles, porque no estoy mucho en carnavales, pero sé que se ha perdido aquellas fiestas donde todos aportaban su granito de arena. Se volcaba todo El Chinar repartiendo comida, ahora ya no es lo mismo. La crisis también ha hecho mucho daño y no hay tanto, aunque para disfrazarse no hace falta mucho. También las pérdidas de Perico el Cay y de Mariano calaron muy hondo.

-¿Qué recuerda del Carnaval de la cantera? ¿Qué anécdotas tiene?

De chico muchas. Como yo era el que siempre cantaba solo y hacía las voces, cuando llegaba el Falla me ponía “malo” para no ir al colegio (entre risas) Me cuidaban entre algodones, ya ves, las cosas de los niños. Recuerdo que en el 87, que tendría unos seis años, iba a salir en la comparsa en la que iban mis hermanos, “Vendiendo Sabores” (Segundo premio infantil, 1988). Estuve ensayando un mes, pero no salí por culpa de ellos. Eran más mayores y no querían estar pendientes de mí, sino estar con sus amigos haciendo gamberradas. Era normal, no veas la que liaban cuando iban a Cádiz.

-¿Y qué anécdotas tiene de esta otra etapa, más madura?

Esto es otra historia. Podríamos decir que es profesional. Mi grupo preferido como aficionado era el de Tino Tovar, que después fue de Bienvenido, imagina lo que supuso que me llamaran. Un sueño hecho realidad. Al principio, como mi forma de hablar era tan de pueblo, siempre les decía cosas a ellos, la coletilla mía era “galleta” ¿Qué pasa galleta? ¿Cómo va la cosa galleta?. Al final, el mote se me quedó a mí.

-En pocas palabras ¿qué han supuesto las comparsas de Barbate, de Bienvenido, de Juan Carlos y de los Carapapas?

La de Barbate es mi comparsa; la de mis amigos, la de mi pueblo. Lo de Bienvenido fue un sueño que sin buscarlo se hizo realidad. Juan Carlos fue una pesadilla, sobre todo Los Príncipes, donde iba tan chillado que hasta me hice daño en la garganta por no quejarme. Y “La Serenissima” me valió para ganar dinero y aprender idiomas. Y los Carapapas es otro sueño, ya que me gustaba mucho “La Cuadrilla” y la forma de entender la comparsa. Además, como persona son muy auténticos y encima estoy con un gran grupo.

-Hablando de los Carapapas ¿Falla, calle o ninguna de las dos cosas?

La verdad es que es una cosa que comenta mucha gente, creo que como nos hemos pegado mucho a la comparsa de Juan Carlos a la hora de los contratos, creen que vamos a hacer lo mismo. Desde mi opinión, creo que no. Vamos que diría que no. Lo que pasa es que hay gente que prefiere que no cantemos en el Concurso del Falla por su propio interés. Y encima se ponen a hacer daño por Internet, eso no es carnaval.

-Hay un bulo corriendo que merece ser aclarado ¿es cierto que se vendió por un futbolín?

Eso es verdad y mentira (entre risas) Cuando era pequeño la comparsa rival me fichó y el que la llevaba (Cayetano Lobón) me dijo que me iba a regalar un futbolín que era lo que yo quería. Pero que va, no duré ni un mes y volví a mi comparsa. ¿Tú sabes lo que fue la presión de mis amigos? Al final me quedé sin futbolín, pero pasamos a la final con “Vaya Cartelón” y luego ganamos el primer premio con “Cositas de mi tierra”.

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