03:40 h. lunes, 29 de abril de 2024

ACCESIBILIDAD

El difícil camino del día a día (II)

J.Fernández/ L.Rossi  |  06 de noviembre de 2013 (03:00 h.)

Diego González y Juan José Ramos son dos barbateños que encuentran a diario numerosos problemas al recorrer las calles de su pueblo

Salir a la calle y tomar un camino. Aceras estrechas, rampas a medio hacer, escalones y carreteras con grietas. Diego González Revuelta y Juan José Ramos Miralles son dos personas discapacitadas físicas. Hacen su vida en una silla de ruedas. Cada día tienen que decidir qué camino recorrer. Se sienten ciudadanos, “aunque con más dificultad que otros”, como ellos reconocen. Y es que al salir de sus casas les espera un difícil camino.

Juan José Ramos vive en La Hijuela. Cada mañana se acerca a desayunar a la cafetería de la Casa del Mar. Luego recorre otro camino hasta llegar a la avenida Andalucía, donde queda con sus conocidos. “Tengo problemas por donde paseo en mi pueblo”, comenta Juan José mientras se dirige hacia el Zapal. Pero al llegar, unos escalones hacen inaccesible tomar ese camino, a pesar de que esa zona ha sido re-urbanizada hace poco. “Me veo con impotencia como persona, no porque esté en una silla de ruedas, sino porque Barbate no está preparado para mí”, declara Juan José.

Diego González vive en la calle Cal y Canto. Cada tarde recorre varias calles para llegar a una cafetería del Paseo Marítimo. Nada más salir de su casa, una estrecha acera le impide el paso con su silla de ruedas, y no porque los coches estén mal aparcados. Al seguir su travesía, la mayor parte del camino lo tiene que hacer por la carretera, ya que como comenta, “existen rampas en algunas aceras, pero no en otras no”. Por su camino, Diego se enfrenta al peligroso paso de los coches, “pero la carretera también está hecha un desastre. Hay que tener cuidado de no meter las ruedas en algún boquete”, recalca.

Juan José Ramos continúa con su camino. En la Casa del Mar se encuentra cómodo, ya que las rampas “están bien construidas”. Toma la avenida del Mar en dirección a la avenida Andalucía. Algunos bordillos se encuentran en mal estado, con la consecuente dificultad para Juan José de subirlos y bajarlos. “Tendrían que estar las aceras bien para que pueda pasear con mi silla sin dificultad”.

Antes de que Juan José legue a su lugar habitual, se encuentra un coche aparcado justamente en la rampa que da acceso al paso de peatones que se encuentra frente a la calle Agustín Varo. En numerosas ocasiones, Diego González encuentra el mismo problema en los aparcamientos del Paseo Marítimo, donde los conductores no respetan la rampa, como él afirma.

Diego y Juan José seguirán recorriendo cada día las calles de su pueblo para estar con sus vecinos. Seguirán por aceras estrechas, por carreteras llenas de grietas y por rampas imposibles. Pero quizás el escalón más alto que encuentran cada día es el de la concienciación de sus paisanos: coches mal aparcados, rampas caseras en las aceras, y políticos que anteponen lo económico a lo humano. Y es que no hay que olvidar que son ciudadanos.

 

Últimos álbumes
Hemeroteca