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¿Todo es política?

Luis Rossi | 16 de agosto de 2013

"Para algunos el encasillamiento es la base de sus miedos, las etiquetas, el 'Yo acuso' de Zola, se desmiente en cada ola, cuando se quiere varar sus egos."

Duras, deudas y dudas. La triple dimensión del estado actual de glaciación congénita de nuestro singladura. Pueblo que se pierde entre los vencedores y vencidos que muestran a cada paso su olvido, de anteriores decisiones tomadas con descuido, sin vergüenza y sin sentido.

Para algunos el encasillamiento es la base de sus miedos, las etiquetas, el 'Yo acuso' de Zola, se desmiente en cada ola, cuando se quiere varar sus egos. No hay quien se escape. O estas con nosotros o estas con ellos, es fácil la elección, del que piensa sin razón, que la vida es blanca o es de color negro.

No se crean que ocurre a menudo, piensen el día a día, en el hora a hora, en el minuto a minuto, donde cualquiera que se opongan a sus exabruptos, ya merecen ser carnaza de los cuervos negros de luto. Si bien saben dónde atacar, no saben donde herir, necesitando una oportunidad, que se niega en cada porvenir.

Llámese trabajo u otras formas insanas de ser feliz, van directos al cuello para hacer sufrir, porque "no eres de los nuestros". Por eso te miro por encima de mi hombro enfermo, por eso te señalo cada vez que puedo. Por eso te rechazo en cada proposición de méritos, por eso meto a quien a mí me sale del pensamiento. Y es por eso, y no por otra cosa, ávidos lectores, que el mundo es una partida de ajedrez infinita, donde las tablas son para esconder las miserias y pactan por no romper la hegemonía de su madriguera.

Reyes que golpe a golpe, van comiéndose poderes, alfiles que su rango se corren en diagonal, mientras las torres se enrocan para humillar, aquella canción satírica del "no pasarán". Los caballos que saltan con su visión elemental, que siempre se buscan los recovecos en forma L mayúscula sin tiempo, como la Reina que sabe posicionarse en cada Movimiento.

¿Y el peón? Ese, y no otro, es al que me refiero, encasillado, intentando alcanzar metas, mientras van a cazarlo y a pisotear su entereza. Si alguno llega a cruzar la línea y se convierte en figura más poderosa, se transforma en cazador y deja de ser presa. Se convierte en el mismo lacayo de un sistema, que no te deja vivir, aunque se disfracen de demócratas, sin un yugo y unas flechas.

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