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El día en que el atún se casó con el croissant

Joaquín Fernández  |  09 de septiembre de 2013 (03:10 h.)

La II Semana Dulce y Salada llega a su fin tras enganchar con sabores originales y atrevidos a los paladares más exigentes

-¿Te quieres casar conmigo?- Y el silencio se hizo. –Que si quieres casarte conmigo.- Dijo el atún mientras miraba con cierto nerviosismo al croissant. –Nos conocimos el año pasado- se sincera- nos gustamos, nos compenetramos, y ambos sabíamos que no iba a ser sólo un amor de verano. Íbamos a seguir juntos, porque a nuestros amigos, a nuestros seres más queridos les gustábamos. A todos les encantaba vernos juntos pasear por las terrazas. Fuimos la pareja de moda, porque éramos una pareja muy original. Tú, dulce, y yo salado-.

Y continúan por donde lo dejaron. Un atún que sigue hablando. Lo salado y lo dulce de nuevo entran en escena. El año pasado se conocieron, y este parece que se han enamorado de verdad. Una semana gastronómica que, por segundo año, engancha a los paladares más exigentes y se convierte en un reclamo de un turismo gastronómico cada vez más de moda.

Una historia de amor que si se la hubiesen contado a cualquiera probablemente no la creería. No sabemos si el atún y el croissant se casarán este año, o si el dulce seguirá dándole largas para que esta relación de noviazgo nunca acabe y continúe año tras año. Una boda en la que seguro los invitados no faltarán, pues han sido 38 los establecimientos que se han sumado a este evento gastronómico.

Los organizadores de esta boda señalan que esta II Semana Dulce y Salada ha tenido un mayor calado que la que se celebró en 2012. “En general, creo que se han mejorado los resultados del año pasado”, comenta Ángel Gil, secretario de la Asociación de Hosteleros y Comerciantes del Paseo Marítimo de Barbate (Hocopamar), a lo que añade que se intentará continuar en los próximos años, ya que es un buen acicate para alargar más la temporada estos últimos días”. Francisco González, presidente de la Unión de Empresarios (UEB), afirma que durante la semana la afluencia de visitantes ha sido menor, pero en los fines de semana ha aumentado considerablemente. González considera que hay que mejorar ciertos aspectos del evento, y más en una época de crisis, que se deja notaren cualquier celebración. “Para remontar esta situación, tenemos que hacer un evento muy atractivo para que la gente venga cada vez más”, señala.  

Pero la organización de la boda siempre será lo más complicado. El menú, elegido desde el primer momento. El salado de la gastronomía del lugar, siempre mezclado con lo dulce de las pastelerías y con el frescor de los cócteles que preparan las terrazas más cercanas al mar. La marcha nupcial interpretada por los grupos de música locales. Pero falta…-¿El arroz en la puerta? -Preguntó el croissant-  No, eso no es, me acordaría…- contestó el atún. -¿Los criticones?- repitió el croissant. -¡Qué no! No sé cómo podría decírtelo, pero a esta boda le falta algo para que no sea una más entre otras de la provincia- declaró el atún-¡Las invitaciones!- exclamó el propio atún al recordarlo- tenemos que invertir en buenas y vistosas invitaciones para que acudan a nuestra boda. Bueno, en invitaciones y en calidad, para que sea la mejor y la más original-.

Tras esta pequeña conversación ambos siguieron callados-¿No me respondes? ¿No me quieres? Te lo vuelvo a preguntar ¿Que si quieres casarte conmigo?- El atún desesperado dejó de mirar al croissant. -Espero que sigamos juntos, pero un día me tendrás que dar una respuesta- explica el atún cabizbajo. –Yo te quiero, y sé que me quieres, y juntos podremos ser la mejor pareja que existe. Pero, ¿Este es el mejor camino para que nos casemos de verdad? ¿Lo estoy haciendo bien?-preguntó el atún.  El croissant siguió callado. 

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