No hay que echar mucho la vista atrás para recordar lo que suponía la semana previa al primero de noviembre en el barbateño Mercado de Andalucía. Guirnaldas, farolillos, luces, globos, un cochino con traje de chaqueta, un pez espada con la camiseta del Cádiz … en definitiva, un ambiente festivo que envolvía tanto los puestos interiores como los exteriores de la plaza de Abastos. Aunque no quedaba ahí la cosa, ya que se organizaban concursos de puestos engalanados, gymkanas y  visitas de los colegios. Así lo recuerda con añoranza el que fuera administrador del Mercado, Manuel Varo, ya jubilado y que se encargaba, junto con su compañero José Varo, de organizar toda la parafernalia de la Fiesta de los Tosantos.  

Al inicio de la época de los 90 se empezó a llevar a cabo la semana más festiva del Mercado, “de los 47 puestos 40 se decoraban y entraban en el concurso”, comenta con añoranza el también ex responsable de la OMIC, “venían agrupaciones de Carnaval, incluso se daba un pregón de Tosantos”. Sobre esto último, fue Antonio Varo, locutor de Radio Barbate, el encargado de realizar el primer pregón, mientras que pasaron por el Mercado grupos como “Las Marujas”, “El Pregón” o “Los Piratas”, así como los coros locales de las amas de casa.   

Durante esta semana, la Plaza de Abastos no ha presentado el ambiente y la decoración de antaño. Varios comerciantes ataviaron con calabazas y fantasmas sus puestos, aunque tan sólo un pequeño número. Los más pequeños también salieron de sus aulas con calabaza en mano y un disfraz para la ocasión. Aunque de no todos los colegios, los alumnos visitaron el bullicio de la céntrica Plaza de Abastos.

Por su parte, los minoristas se muestran desilusionados y con falta de entusiasmo para volver a retomar la tradición, ya que, como comentan algunos, no tienen el apoyo de la administración local. “El Ayuntamiento nos dijo que si lo queríamos organizar nosotros sí, pero si ellos no se comprometen yo tampoco lo voy a hacer, porque así te quitan las ganas”, afirma Miguel de la Carnicería Montaño.

Carolina y su madre Dolores sí adornaron su frutería, que se encuentra en la zona peatonal de la Plaza. “Lo hacemos porque nos hace mucha ilusión cuando vienen los niños, aunque ahora lo decoramos diferente porque lo que le inculcan en los colegios es Halloween”, comenta Carolina. Afirma, además, que se ha dejado de hacer porque el Ayuntamiento no colabora, por lo que “la gente va perdiendo los ánimos”. Maricarmen también adornó su frutería, aunque reconoce que hay falta de entusiasmo.

El Quisco Orugo es otro de los puestos que también se sumó a la celebración de la tradicional fiesta, con caretas y monstruos colgados del techo.  A este respecto, el hasta hace un par de años encargado de la coordinación de esta fiesta, Manuel Varo, comenta a este medio que “la gente no ponía nada de Halloween porque ya me encargaba yo de que eso no fuera así. Soy partidario de conservar las tradiciones”.

Reclaman apoyos

Los comerciantes reconocen que con el apoyo del Ayuntamiento volverían a decorar e involucrarse en celebrar la tradicional fiesta. “Me gustaría que se volviera a repetir porque daba mucha vida”, comenta Manuela Caballero, carnicera de uno de los puestos. “Nosotros volveríamos, claro que sí, pero el primero que tiene que incentivar es el Ayuntamiento, puesto que el mercado es municipal”, comenta Manolo Napoleón, a lo que añade que “en su tiempo dio vida, dio ventas, y dio más ingresos, por lo que era muy positivo”.

En este sentido también se expresa Manuel Varo, “recuerdo un año que hasta la Caja de Ronda (Caja Rural) dio en premios casi dos millones de pesetas y la ONCE cerca de 50.000 en cupones”, mientras critica que “ahora la situación económica no es buena y si encima no se le pone interés o no se tiene ganas de trabajar”.

Desde el Consistorio barbateño, se especifica que ya desde el año pasado se dejó de hacer oficialmente “por motivos económicos”, aunque matizan que “hay intención de recuperarlo en un futuro”. También entienden que “los colegios hacían sus propias fiestas y la visita al Mercado quedó en un segundo plano”.

El Mercado de Andalucía, que llegó a tener incluso hasta días rojos (carne), verde (verduras) y azul (pescado) con sus respectivas ofertas, concursos y sorteos, ha dejado de tener ese ambiente festivo. “Con esto se fomentaba e incentivaba el comercio local, ya que participaba el Mercado entero y la gente acudía a ver las ocurrencias simpáticas de los puestos”, sentencia con cierta melancolía Manuel Varo.  Quizás las calabazas, carabelas y esqueletos fueron el preludio de la llegada de la parca para la Fiesta de los Tosantos.