Hace 15 días Pablo Iglesias Turrión, politólogo y profesor en la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense de Madrid, presentador de los programas de debate la “Tuerka” y “Fort Apache”, y analista político en los programas “Las Mañanas de Cuatro” y “la Sexta Noche”, anunció su intención de presentarse a las elecciones europeas que se celebrarán en el mes de mayo de este mismo año, siempre y cuando contara con 50.000 avales en su página web, logro que alcanzó en apenas 32 horas.

La plataforma política Podemos se posiciona a través de su manifiesto “Mover ficha. Convertir La Indignación En Cambio Político” se ha convertido en una referencia para la izquierda desencantada de los partidos políticos tradicionales, en una semana. Ha sido así gracias a su cara visible Pablo Iglesias, quién se ha convertido en uno de los referentes a la izquierda, ya no a la izquierda del PSOE, más bien a la izquierda del régimen político español nacido con la Constitución de 1978 que establece nuestro sistema político bajo el que nos organizamos.

Lo novedoso de Pablo Iglesias no es sólo es su forma de vestir o su forma de expresarse, también es fundamental su capacidad de introducir en los grandes medios de comunicación un nuevo relato de la crisis y de sus efectos. Su secreto es sencillo, conecta con la gente normal porque Pablo Iglesias es una persona normal, es uno de los nuestros.

Minutos después de haber hecho oficial su intención de encabezar una lista a las elecciones europeas en las redes sociales lo acusaban de querer dividir a la izquierda, de hacerle “el juego al PSOE y al sistema que tanto critica”. Otras voces le animaban y lo aupaban a los cielos, como la alternativa real de la izquierda. Se palpaba la división de siempre en la izquierda, resumida en dos posiciones: por un lado, los que afirmaban que la Plataforma Podemos divide; y por otro los que dicen que pretende aunar fuerzas.

Este es uno de sus puntos débiles: la dificultad de unir a la izquierda más allá del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Nosotros lo tenemos claro. PODEMOS en primer lugar, busca unir a la izquierda bajo una candidatura popular, en segundo lugar, abre las ventanas del sistema de partidos en nuestro país y por último por qué no, tienen como objetivo último transformar el sistema.

Son la alternativa para la mayoría silenciosa, para los que no teníamos alternativa, para los creemos en una democracia real. Son los nuestros dando un paso hacia adelante, plantando cara al sistema. Es la rebelión de los de abajo contra los de arriba. En última instancia buscan ser una fórmula para facilitar el empoderamiento de los de “abajo”.

Se merecen nuestra confianza, nos ilusionan y emocionan, nos los creemos. Teniendo en cuenta la desconfianza en los partidos políticos y en sus líderes es mayor que nunca, ya es un éxito. Hay que tener en cuenta que es nuestra lucha la que van a desempeñar.

Son la punta de lanza de lo que vendrá, son nuestra esperanza para acabar con este sistema corrupto que se vale de la democracia como procedimiento formal para parapetar a las élites financieras bajo el paraguas del Estado de Derecho, o lo que queda de él. Recupero el título de uno de mis artículos en Politologueando: ¡No nos vamos a dejar!