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Aventureros al borde del suicidio

Editorial | 12 de agosto de 2013

Si el negocio no funciona la solución es reinventarse, encontrar nuevas vías. Quizás ese camino esté en aquello a lo que llaman Internet y que apellidan digital.

Nos llamarán aventureros por ser periodistas. Y más aun cuando nos embarcamos en un nuevo proyecto periodístico. Es cierto. Incluso días antes de que Heraldo de Barbate viera la luz el pasado 5 de agosto, varias empresas anunciaban que no volverían a informar. Cierran y siguen cerrando medios de comunicación: en papel o audiovisual. Y los periodistas siguen engordando las listas del paro.  Unos aventureros condenados al suicidio.

A pesar de este panorama, creemos en un proyecto, local y digital. Sí, digital. Aventureros con la lógica de reinventar, en la medida que se pueda, una profesión. El papel no funciona como antaño, e Internet es una puerta abierta y una vía alternativa, que probablemente se convertirá en la más importante, y no sólo para el periodismo. Pero aún algunas empresas no lo entienden.

La historia es sencilla, y el ejemplo muy claro. La Chicago Ice Company era una empresa con enormes beneficios a principios de siglo. Se dedicaba a vender hielo con el que el ciudadano mantenía en buen estado sus alimentos. Fue ascendiendo y controlando cada vez más el mercado. Pero algo cambió, y ese cambio era imparable. Nació un nuevo invento que atacaba la base de su negocio: el frigorífico.

Esta empresa norteamericana, al observar el peligro, buscó rápidamente soluciones para afrontar los problemas que podría traerle el nuevo invento. Así, empezó a sustituir sus vehículos de caballos por automóviles, reduciendo el tiempo de entrega. Aumentó el número de sus puntos de venta de hielo, para acercarlo más a los posibles clientes. Mejoró su eficacia, redujo sus precios y peleó por mantenerse en el negocio hasta el último momento.

Pero la Chicago Ice Company se tuvo que rendir. Por más hielo que vendiese y mejores ofertas tuviese no podía hacer frente a la nevera. No aportaba ya ningún valor. Quizás, la solución hubiese sido la reconversión de la empresa, ya que tal como ha aclarado en varias ocasiones  Vincent Giuliano, uno de los gurús de Internet más conocidos en España, "el error de esta empresa fue no entender que su negocio no era vender hielo, sino vender frío".

Algo parecido está ocurriendo en el periodismo. No por más ERE, no por regalar más sartenes o relojes y no por vender el Hola o el Diez Minutos a un euro con cualquier diario se va a frenar la caída. Las empresas periodísticas venden información. Un bien necesario. Si el negocio no funciona la solución es reinventarse, encontrar nuevas vías. Quizás ese camino esté en aquello a lo que llaman Internet y que apellidan digital.

La reinvención de un producto. Cambiar la forma pero manteniendo la esencia. Esto ya ha ocurrido en Barbate, por ejemplo. Los pasteles ya no son tan dulces como nos muestra Tres Martínez; y el atún se puede cocinar y comer de mil maneras como enseña El Campero (Y cada cual mejor). Empresas que han logrado ser ejemplo obteniendo incluso reconocimientos a nivel nacional, manteniendo sus principios y encontrando la mejor forma de reinventarse.

Aventureros que creen en la reinvención. Sí. Pero sin intención de suicidarse. 

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